
A Gaitán le temían los dirigentes de su propio partido, no porque fuera un socialista o un revolucionario, sino porque representaba la caída del país político. Gaitán pretendía representar a su pueblo y ser el vocero de sus anhelos para satisfacerlos desde la cumbre del poder. Fue el primer político que se dirigió a la mayoría de los colombianos. Con mucho esfuerzo y con un grupo de compañeros leales, luego de las elecciones de 1946, Jorge Eliécer Gaitán se convirtió en el jefe del Partido Liberal contra la voluntad de la mayoría de los antiguos dirigentes de su misma colectividad, pues entre sus tesis estaba la de derrotar a los oligarcas de los partidos tradicionales y la de reivindicar los derechos del pueblo.