En la actualidad el sistema educativo, la sociedad, los padres y los alumnos demandan por un maestro idóneo, culto y debidamente preparado que sirva como ente de cambio. Un profesional, educado que facilite y guíe a sus alumnos por el camino del saber, el maestro que la sociedad de hoy en día busca debe ser realmente un profesional comprometido, capaz de generar cambios en cuanto a los procesos de capacitación e investigación en las escuelas del sector rural; todo este planteamiento pretende ser un cuestionamiento radical sobre las perspectivas del maestro para el futuro. La educación por ser dinámica no necesita maestros perfectos sino maestros de vanguardia; maestros que busquen constantemente renovar sus conocimientos con el propósito de ajustarse a los cambios de un mundo tan dinámico como el actual.
A pesar de todas las adversidades que se presentaron al inicio de mi proceso como maestro en formación, el no haber sido admitido inicialmente en el Programa de Formación Complementario debido a una imagen que pesaba en mí por actuaciones realizadas en años anteriores; finalmente el ingreso se hizo posible adquiriendo unos compromisos conmigo mismo y con la sociedad que esperaba de mi resultados positivos, motivo por el cual asumí de manera muy responsable el compromiso inicial y a raiz de eso mi formacion como ciudadano y profesional se fué enriqueciéndo a nivel intelectual y actitudinal, de la mano de la mirada crítica que tengo del contexto en el que vivimos.
A pesar de todas las adversidades que se presentaron al inicio de mi proceso como maestro en formación, el no haber sido admitido inicialmente en el Programa de Formación Complementario debido a una imagen que pesaba en mí por actuaciones realizadas en años anteriores; finalmente el ingreso se hizo posible adquiriendo unos compromisos conmigo mismo y con la sociedad que esperaba de mi resultados positivos, motivo por el cual asumí de manera muy responsable el compromiso inicial y a raiz de eso mi formacion como ciudadano y profesional se fué enriqueciéndo a nivel intelectual y actitudinal, de la mano de la mirada crítica que tengo del contexto en el que vivimos.
Una postura critica que actualmente poseo es que el principal problema de nuestra sociedad es la inequidad social que afrontamos a diario, teniendo como resultado la pobreza a causa de la mala distribución de los ingresos y de las oportunidades para acceder a esto; trayendo consigo
el desempleo y la ignorancia , desconociendo la verdadera esencia de los programas para la reducción de la pobreza, la cual debe posibilitar a las poblaciones desfavorecidas de medios sostenibles para satisfacer sus necesidades básicas y posibilitar su desarrollo social y económico.
En la actualidad, enseñar se ha convertido en una profesión difícil, motivo que se ha visto reflejado en la práctica docente realizada en cada uno de los semestres de formación, desarrollada en un marco de incertidumbre y de profundas transformaciones sociales. Tales cambios se manifiestan en las formas de entender la realidad, las organizaciones familiares, la influencia de los medios de comunicación y por supuesto en la educación. Unos de los retos que se presentan es plantear una enseñanza de calidad que contribuya a la formación de ciudadanos más justos, demócratas y con posibilidades de desarrollo personal y profesional. En definitiva, personas que sean capaces de contribuir a la construcción de una sociedad más equitativa contrarrestando la desigualdad y la exclusión manteniendo el respeto por la diversidad y la identidad personal de cada ciudadano.
Para garantizar esto hay que mantener la vigencia e importancia de valores como la justicia y la solidaridad, generando una educación mas incluyente y de mejor calidad para todos, esta estrategia contribuiria al empoderamiento del pueblo y al cumplimiento de los derechos propios de los ciudadanos.
A pesar de las adversidades vividas durante mi formación, considero que me encuentro en la capacidad de ser un maestro idóneo para el siglo XXI y con todas las transformaciones que trae
consigo, comprometiéndome a ser un individuo demócrata y justo con la sociedad, manteniendo una participación en ella, no como una persona más, ni mucho menos con la imagen de un caudillo; si no como un ciudadano que no teme a reclamar por los derechos que se han vulnerado; porque como maestro debemos ser agente políticos, generadores de espacios de diálogo permanente para contribuir a la construcción de una sociedad justa, demócrata, en la que se respete la diversidad de género, sexo, religión e ideológía.
Jeronimo Sanchez
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