domingo, 20 de marzo de 2011

Gustavo Petro y el polo

Me gustó la iniciativa de Gustavo Petro. Ir a buscar con Juan Manuel Santos, nuevo mandatario de los colombianos, un acuerdo nacional sobre una gran reforma agraria, una ley de víctimas y una política pública para el manejo del agua, es una muy buena idea.



Es la manera audaz de hacer política. En la campaña electoral Petro y el Polo Democrático lograron destacarse como promotores de estas banderas. Para la opinión pública quedó absolutamente claro que la izquierda era la personera de estos temas. Ahora Petro insiste ante el nuevo presidente en la urgencia de volver realidad estas propuestas falta ver el compromiso de Santos en ellos.




Aprovecha la disposición de Santos a pactar "un gobierno de unidad nacional", que recoja algunos de los proyectos que los demás candidatos agitaron en la campaña, para plantear que la izquierda está decidida a buscar un acuerdo nacional que salvaguarde intereses especiales de los campesinos, de las víctimas de la violencia y del conjunto de la nación colombiana.



Ha dicho, además, en una entrevista a María Isabel Rueda, que no acepta puestos en el nuevo gobierno y que el diálogo nacional es de verdad la búsqueda de un acuerdo programático.



No entendí entonces la reacción de las directivas del Polo Democrático. Saliendo a descalificar la iniciativa de Gustavo Petro y a vulnerar la vocería de su ex candidato presidencial. Es una gran torpeza. Debieron aplaudirlo. Ha tomado en serio su nuevo papel. No se ha permitido siquiera un descanso después de la dura campaña electoral. Ha querido mantenerse en actividad.



Admiro eso. Es un político profesional que le pone la cara a la candela y está en acción permanentemente. Eso es muy bueno para un partido político de izquierda que busca afanosamente un liderazgo en la opinión nacional.





El Polo Democrático se proyectaba a la opinión pública como el gran vocero de la equidad social y Petro se ha perfilado en la pasada campaña electoral como el candidato más inteligente y más hábil a la hora de defender este ideario.



Se ha ganado a pulso la conducción de este agrupamiento de izquierdas. Primero, ganando la consulta interna y luego, haciendo una campaña admirable en la que adoptó uno por uno los enunciados más radicales del Polo y les dio una presentación impecable. Cada consigna del Polo la convirtió en una propuesta política creíble. Todo el país reconoce el especial desempeño de Petro en el debate que acaba de concluir.



Por eso no comprendo las duras criticas de la gran mayoría del directorio nacional hacia el punto de vista de Gustavo Petro acerca del dialogo con el gobierno, pero en cambio no miraron con buenos ojos las sanciones dadas por el comité de ética al alcalde Samuel Moreno y la investigación de la procuraduría, contraloría y fiscalía al Iván moreno rojas hermano de Samuel y principal culpable del llamado carrusel de contrataciones. Llevando a una gran disidencia dentro del partido y la renuncia de Gustavo Petro a él.

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